TAREAS
1.- Resumir cada uno de los textos
2.- ¿Qué te parece lo más importante en cada texto?
3.- ¿Encuentras relación entre los apuntes que hemos estudiado de Aristóteles y estos textos? Indícala esa relación. Conceptos, términos, expresiones...
4.- Razona de forma individual si estás de acuerdo con la manera de Aristóteles de ver la felicidad
Texto nº1: “[...] Digamos [...] cuál es el supremo entre todos los bienes que pueden realizarse. Casi todo el mundo está de acuerdo en cuanto a su nombre, pues tanto la multitud como los refinados dicen que es la felicidad [eudaimonía], y admiten que vivir bien y obrar bien es lo mismo que ser feliz. Pero acerca de qué es la felicidad, dudan y no lo explican del mismo modo el vulgo y los sabios. Pues unos creen que es alguna de las cosas visibles y manifiestas, como el placer o la riqueza o los honores; otros, otra cosa; a menudo, incluso una misma persona opina cosas distintas: si está enfermo, la salud; si es pobre, la riqueza; [...] Pero algunos creen que, aparte de toda esta multitud de bienes, hay algún otro que es bueno por sí mismo y que es la causa de que todos aquéllos sean bienes” (ARISTÓTELES, Ética a Nicómaco, 1095a, trad. de M. Araujo y J. Marías, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1989, p. 3).
Texto nº2: “Llamamos más
perfecto al fin que se persigue por sí mismo que al que se busca por otra cosa
[...]. Tal parece ser eminentemente la felicidad, pues la elegimos siempre por
ella misma y nunca por otra cosa, mientras que los honores, el placer, el
entendimiento y toda virtud los deseamos ciertamente por sí mismos (pues aunque
nada resultara de ellas, desearíamos todas estas cosas), pero también los
deseamos en vista de la felicidad, pues creemos que seremos felices por medio
de ellos” (Ética a Nicómaco, 1097b,
cit., p. 7-8).
Texto nº3: “Parece cierto
y reconocido que la felicidad es lo mejor, y, sin embargo, sería deseable
mostrar con mayor claridad qué es. Acaso se lograría esto si se comprendiera la
función [ergon] del hombre. En
efecto, del mismo modo que en el caso de un flautista, de un escultor y de todo
artífice, y en general de los que hacen alguna obra o actividad, parece que lo
bueno y el bien están en la función, así parecerá también en el caso del hombre
si hay alguna función que le sea propia. [...] ¿Y cuál será ésta finalmente?
Porque el vivir parece también común a las plantas, y se busca lo específico
del hombre. Hay que dejar de lado, por tanto, la vida de nutrición y
crecimiento. Vendría después la sensitiva, pero parece que también ésta es
común al caballo, al buey y a todos los animales. Queda, por último, cierta
vida activa propia del ente que tiene razón; [...] Siendo esto así, decimos que
la función del hombre es una cierta vida, y ésta una actividad del alma y
acciones razonables, [...] y cada una se realiza bien según la virtud adecuada;
y, si esto es así, el bien humano es una
actividad del alma conforme a la virtud [...], y además en una vida entera. Porque una
golondrina no hace verano, ni un solo día, y así tampoco hace venturoso y feliz
un solo día o un poco tiempo” (Ética a
Nicómaco, 1097b-1098a, cit., pp. 8-9).
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